San Antonio Oeste. Al ataque que sufrió la ermita de San Expedito también se debe sumar las de Ceferino, situada frente al acceso a las 150 Viviendas, y del Gauchito Gil, que está en la ruta nacional 3, donde se hace todos los eneros la multitudinaria fiesta.

Los dos últimos hechos se conocieron en las últimas horas, y mantiene conmovida a la comunidad católica.

Los tres se produjeron durante el fin de semana, lo que lleva a sospechar que fueron los mismos autores, y que actuaron de forma planificada.

Se supone que debieron movilizarse al menos en un vehículo, y por los resultados de los daños, que utilizaron una maza u otros instrumentos para golpear con contundencia.

En la capilla de Ceferino rompieron la estatua que estaba en su interior. Había sido construida con yeso, y armazón de hierro (foto).

Nora Ferreyra, creyente del beato, manifestó estar muy dolida por el episodio, y adelantó que repararán el homenaje a la figura.

Mientras que en el Gauchito Gil también destruyeron varias imágenes y otros símbolos. Esther García, una de las impulsoras de la dedicatoria, contó que no es la primera vez que sucede. Indicó que suelen robar monedas, ropa y botellas que dejan los fieles. Tiempo atrás, agregó, también sustrajeron tiempo atrás la instalación eléctrica y una gigantografía. Además es frecuente que provoquen destrozos.

Quienes pudieron haber sido es aún una incógnita. Aunque se deduce que fueron personas que no coinciden con esta creencia religiosa, y eso reduce el abanico de sospechosos.

Hay fuerte rumores al respecto.