PROPONEN INSTALAR PLANTAS PARA DESALINIZAR AGUA DE MAR ENTRE SAO Y SIERRA GRANDE
Una nueva alternativa que se pone en estudio
San Antonio Oeste. La Legislatura rionegrina aprobó una Comunicación dirigida el Ejecutivo en la que pide que analice la posibilidad de instalar plantas de la desalinización de agua de mar en la costa atlántica provincial.
La iniciativa fue impulsada por los legisladores Jorge Ocampos y Daniela Agostino (Frente Progresista) y votada por unanimidad en la sesión del último viernes.
El planteo apunta a que el DPA o una institución científica o educativa estudien la factibilidad técnica, económica y ambiental para construir instalaciones con equipamiento para convertir el agua marina en potable, y destinarla al consumo humano, riego y para animales.
Los legisladores puntualizaron que las plantas se deberían montar entre San Antonio Oeste y Sierra Grande, y utilizar el sistema de ósmosis inversa, un proceso que requiere menos inversión que otras técnicas.
“En consecuencia sería importante que se empiecen a estudiar y evaluar alternativas de desalinización a escala, tanto en su localización, costos de adquisición e instalación y financiación posible”, indicaron.
Destacaron la producción de agua dulce podría abastecer en pequeña escala a localidades de la región sur, además de incrementar la disponibilidad en momentos en que bajen las reservas hídricas.
También proyectan el envío del líquido obtenido “mediante el uso de acueductos o vagones aguateros” para suministrar a “vastas regiones de la Línea Sur”.
“…. se podrían incrementar las hectáreas bajo riego en la zona costera, ampliando las zonas de cultivo y de pasturas para ganado (pensando en una futura ampliación del acueducto ganadero turístico) y con estos desarrollos, más puestos de trabajo”, ponderaron.
Subrayaron que Río Negro posee un “extenso litoral marítimo tímidamente explotado”, y como ejemplo citaron que en la actualidad hay unas 18.000 plantas desalinizadoras en el mundo.
Impacto ambiental
Hay resistencia a este tipo de emprendimientos, admitieron Ocampos y Agostino, en referencia a que grupos de ambientalistas sostienen que las bombas que se utilizan para captar el agua marina también pueden arrastrar peces y otros organismos hacia la maquinaria.
“En los países que utilizan esas plantas, no se considera que esto sea un problema ya que cualquier toma tiene la precaución de tener tamices para evitar que se arrastren los peces vivos y si esto ocurriera, poderlos devolverlos”, aclararon.
De todos modos proponen realizar estudios de impacto ambiental para evaluar todas las alternativas, y sugieren encomendar para esa labor al CIMAS -Centro de Investigación Aplicada y Transferencia Tecnológica en Recursos Marinos Almirante Storni- que funciona en San Antonio.
Una experiencia
ARSA avanzó en su momento con un proyecto de desalinización. Fue en 2016, cuando profesionales de la firma participaron en una capacitación sobre técnicas para potabilizar agua marina en Chubut.
Fue un primer encuentro en el que se evaluó la teoría operacional y las características generales de los sistemas de ultrafiltración. También analizaron un proyecto desarrollado en Río Gallegos, y otros casos de estudio y referencias de instalaciones de potabilización, y se expuso las experiencias de Puerto Deseado y Caleta Olivia.