Las usurpaciones están a la orden del día en Sierra Grande. Ante la falta de vivienda, no queda otra salida para personas que necesitan una.

Esta localidad, como tantas otras, padece la ausencia de construcción de nuevos planes que lleguen a controlar y dar una solución al tema.

Esta semana, una joven trabajadora municipal tomó la decisión de usurpar una casa desocupada, en pleno centro de Sierra Grande.

Iara Cabrera, que tiene dos hijos de 7 años y un bebe de ocho meses, decidió con un barretín abrir la puerta de una precaria construcción abandonada hace años. “Quiero un terreno, una mejora, algo para vivir con mis hijos y dejar de pagar alquiler”, dijo la mujer.

“La estábamos pasando mal y la ayuda que recibiríamos no la vimos así que tomamos esta decisión”, agregó la joven.

Allí la acompañó otra vecina, también empleada municipal, que padece una situación similar. Verónica Martínez, pidió que le ayuden a alquilar y no ha conseguido respuestas.

La mujer dice que está dispuesta a pagar como lo viene haciendo, porque trabaja, pero no consigue un lugar. Sus muebles estarán desde hoy en la parroquia y ella posiblemente se quede a vivir con Cabrera en la casa usurpada.

Ambos casos han pasado por oídos de funcionarios municipales. Puntualmente en el caso de Cabrera ya había tenido repercusión en el municipio, donde se habían comprometido incluso con una partida de dinero para pagarle un alquiler “pero no se consigue, estuvimos buscando un lugar pero no hay y los que hay cobran mucho”, señaló el mismo intendente Nelson Iribarren.