De acuerdo a los testimonios recogidos en el lugar cuando concurrieron las fuerzas de seguridad, es que se trataría de “una travesura” porque luego se constató que no hubo ningún elemento combustible que pudiera acelerar la acción de las llamas.

Tampoco se pudo detectar que haya estallado una garrafa en el momento del siniestro, a juzgar por las pericias.

Los niños accidentados y el fallecido estaban al cuidado de la hermana mayor de 19 años, quien también sufrió las consecuencias.

Cuando se produjo el accidente, los padres estaban ausentes en virtud de que habían concurrido a una iglesia cercana.