Con el antecedente del empate ante los rubios de Islandia y derrota sin atenuantes frente a Croacia, los viedmenses se sentaron resignados frente al televisor y la radio a seguir el partido de los dirigidos de Jorge Sampaoli que desde las 15 se jugaban su última chance ante el equipo de Nigeria.

A poco de empezar el partido la asistencia perfecta de Eber Banega, el control de Lio Messi y el golazo albiceleste desencadenó un grito de gol que hizo vibrar a la ciudad el pasaporte a una nueva instancia estaba más cerca que nunca. A poco de iniciar el segundo tiempo el penal cometido por Javier Mascherano canjeado por gol por Víctor Moses volvía a poner al combinado nacional y a todos sus hinchas en la incertidumbre de verse fuera del Mundial.

Insistiendo con más voluntad que fútbol Argentina trataba de acercarse al arco africano, pero no había chances claras. La entrada de Cristián Pavón primero y después de Maxi Meza y Sergio Agüero le dio un poco más de volumen de juego.

Cuando parecía que el seleccionado se volvía en un mar de lágrimas y la gran mayoría de los hinchas sufría aparecieron dos laterales, primero Gabriel Mercado, desborde y centro, después Marcos Rojo arremetida y derechazo al primer palo como un delantero de área. Un sólo grito resonó en la capital rionegrina. Argentina ganaba. Islandia perdía y el pasaporte a octavos era un hecho.

Cuando el pitazo del árbitro marcó el final del partido en San Petersburgo se desató la fiesta. En Viedma se escuchaban los gritos de alegría, los primeros cohetes clandestinos, las bubuzelas y las bocinas. Después cientos de viedmenses, en su mayoría jóvenes y familias se volcaron al tradicional festejo en la Fuente Pucará.

El seleccionado recuperó la fe y la hinchada la confianza en Messi y sus socios. El próximo sábado a las 11 Argentina juega por octavos frente a Francia y como hoy y siempre los hinchas argentinos y los viedmenses estarán al pie del cañón alentando al seleccionado. Paso a paso como decía Mostaza, pero quien nos quita el sueño de volver a jugar una final y de bordarle la tercera estrella a la camiseta albiceleste. Vamos Argentina!