NECESITABAN UN MÉDICO Y VIVIERON UNA ODISEA EN UNA ESCUELA DE ROCA
Tensa mañana en el establecimiento N°238. Un chico golpeó su cabeza contra el piso de cemento y la asistencia llegó a los 45 minutos
Tensa mañana en el establecimiento N°238. Un chico golpeó su cabeza contra el piso de cemento y la asistencia llegó a los 45 minutos.
Un simple “picadito” durante un recreo se convirtió el martes en una angustiante odisea en la escuela 238 de Roca. Un alumno de séptimo grado se resbaló cuando intentó patear la pelota y su cabeza golpeó fuertemente contra el piso de cemento.Desde entonces, una interminable lista de obstáculos apareció delante de los docentes y directivos del establecimiento, que recién 45 minutos después del accidente contaron con asistencia de profesionales médicos.
Según relataron a “Río Negro”, esa demora se produjo por un motivo principal: desde el hospital López Lima – ubicado a menos de 700 metros – les dijeron que no podían enviar una ambulancia, porque los alumnos cuentan con cobertura de una ART, que tiene contratado un servicio de emergencias privado.
El segundo problema que descubrieron fue que esa empresa, a pesar de estar instalada en el centro roquense, canaliza todos los reclamos a través de una línea 0810, que es atendida fuera de la ciudad. Es decir que primero hubo que explicar todo lo ocurrido a un operador, que después trasladó el pedido de asistencia a Roca.
Mientras esos valiosos minutos transcurrían, en el patio del colegio el nerviosismo iba en aumento. El chico no lograba recuperarse y por el contrario, se adormecía y les decía a sus maestras que sentía mucho frío. “Las docentes hicieron todo lo que estaba a su alcance para mantenerlo despierto, lo taparon con camperas y después, con ayuda de policías terminaron de contenerlo. Hasta que finalmente apareció la ambulancia y lo trasladaron”, describió Graciela Gómez, vicedirectora del establecimiento del barrio Alfonsina Storni.
Cerca del mediodía y con más calma, la directiva valoró la organización del equipo docente, que en función de otros accidentes anteriores tiene diagramado una especie de protocolo de actuación. De esta manera, mientras unos se ocupan de los primeros auxilios, otros gestionan la llegada de médicos, una tarea que tampoco está libre de carencias, porque el teléfono fijo de la escuela tiene limitadas sus llamadas salientes. Ante eso, la escuela tiene un celular que suma crédito con fondos de la institución, dejando como tercera instancia a los móviles particulares de los docentes.
Según informaron por la tarde desde el establecimiento de Gelonch y Santa Cruz, el estudiante fue sometido a diversos estudios en un nosocomio privado y se determinó que las lesiones no tendrían consecuencias graves a futuro. Por eso pudo regresar a la casa de su abuela, para continuar con su recuperación.
Mientras tanto, en la escuela quedó flotando el malestar por no haber contado con asistencia del hospital. La vicedirectora se mostró sorprendida, asegurando que en otros casos la respuesta había sido rápida y efectiva.
La versión del hospital
“Río Negro” se comunicó con la directora del López Lima, Ana Senesi, quien aseguró que la ambulancia concurrió dos veces al establecimiento.
De acuerdo a su versión, primero les dijeron que ya venía la unidad de la empresa privada y en el segundo caso, cuando ella les pidió que regresaran, el chico ya había sido trasladado. “Es una situación entendible. En medio del nerviosismo, desde las escuelas llaman a todos lados y a veces ocurren este tipo de contratiempos. Nosotros tenemos la obligación de ir a todos lados, el paciente está primero. Si llegan las dos ambulancias juntas, bienvenido. Pero no negamos la atención, en este caso y en ningún otro”, sostuvo Senesi.