Dramático relato de la chica atacada por tres perros
Fue en Santa Cruz al 1.700. Los animales salieron de una casa y la tiraron al suelo. La mordieron en las piernas. Dos hombres la auxiliaron.
San Antonio Oeste. “Te bloqueas y no
pensás. No me pude defender. De lo que pasó después no me acuerdo nada”.
Doris Ibáñez, una joven de 21 años que estudia en el Instituto de Formación Docente, todavía se estremece al contar los mordiscos que sufrió de tres furiosos perros el último martes.
Los animales –dos Pitbull y otro tipo callejero- salieron de una casa de la calle Santa Cruz al 1.700, a pocos metros donde vive con una amiga, y se le abalanzaron sobre ella sin que tuviera posibilidades de defenderse.
La arrojaron al piso y le dieron profundas dentelladas que le provocaron heridas en el glúteo derecho y una decena en ambas piernas.
La chica le contó a este medio que fue tan traumático el hecho, que se desmayó cuando estaba en el suelo, y solo sentía el dolor de las mordeduras.
Apenas recuerda que al momento en que los animales la rodeaban alcanzó a mirar hacia el interior del domicilio de donde salieron, y pudo notar que una mujer observaba desde el interior –supuestamente la dueña-, pero que no hizo nada para evitarlo.
Después se desmayó.
Un vecino y otro hombre que pasó circunstancialmente por el lugar lograron ahuyentar a los canes.
Uno de ellos la llevó en su auto al hospital. En el camino, Doris recobró la lucidez.
Denuncia y desinterés de los dueños
Una vez que se recuperó y recibió el alta presentó la denuncia penal en la Comisaría 10ma, desde donde se le dio intervención a la Fiscalía a cargo de Mariela Coy.
La chica ahora se encuentra en General Conesa, donde es oriunda. La llevó su papá, para que tuviera mejor atención. Está medicada con antibióticos y apenas puede moverse. Tampoco está cómoda acostada, por la herida en el glúteo.
Aún le duelen los mordiscos y los hematomas, como también la actitud de los dueños de los animales. No solo no intercedieron para evitar el ataque, sino que ni siquiera la llamaron para disculparse.
Eso que viven casa de por medio.
Doris sostuvo que esos perros son conocidos en el barrio porque han atacado a otras personas. Están prácticamente en libertad, porque pueden salir a la calle sin inconvenientes.
El peligro es mayor, porque a la vuelta está la escuela 365 y el CET 19, por lo que es habitual que circulen chicos y jóvenes.
“Ese es el miedo que tengo. Yo tengo que seguir pasando por ahí”, lamentó.